[vc_row][vc_column][vc_column_text css=»»]Después de una década con un papel más cercano al de observador que al de protagonista, México regresará al centro del escenario climático internacional al contar con un Pabellón Nacional en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2025 (COP30), que se llevará a cabo entre el 10 y el 21 de noviembre en la ciudad de Belém, en la Amazonía brasileña. Esto abre una oportunidad única para proyectar liderazgo y narrativas sobre su papel en la agenda climática global.
La COP 30 llega en un momento decisivo. El Acuerdo de París exige que los países actualicen y fortalezcan sus compromisos climáticos, y este será el espacio en el que se evalúe la ambición de sus metas. Más que un punto de encuentro, será un escaparate para mostrar avances en políticas climáticas y proyectar al país como socio confiable para alianzas con gobiernos y empresas.
Un encuentro de gran simbolismo
Que el encuentro tenga lugar en la Amazonía no es coincidencia, la elección de la sede subraya la urgencia de proteger los ecosistemas más frágiles del planeta. En uno de los pulmones de nuestra Tierra, líderes mundiales debatirán sobre financiamiento climático, justicia ambiental, transición energética, biodiversidad y otras materias trascendentales para el futuro de la humanidad.
En este marco se presentarán iniciativas destacadas como la hoja de ruta Baku-Belém, que busca movilizar 1.3 billones de dólares anuales hacia acciones climáticas para el año 2035, y el fondo Tropical Forest Forever (TFFF), que busca proteger los bosques tropicales mediante un esquema financiero innovador de 125,000 millones de dólares para proyectos climáticos prioritarios.
Por su parte, México contará con una oportunidad para vincular sus esfuerzos con los compromisos globales y atraer inversiones que impulsen proyectos verdes a nivel nacional. Su presencia permitirá al país alinear sus políticas con iniciativas internacionales, abriendo la puerta a la captación de recursos para impulsar proyectos de energías renovables o la restauración de manglares, entre otros.
Oportunidad de retomar liderazgo
La presencia mexicana en Belém será clave no solo para cumplir compromisos, sino para influir en la conversación internacional. La COP30 marcará el rumbo de la próxima década en materia climática, y México tiene ante sí el desafío y la oportunidad de demostrar que un país vulnerable puede ser, al mismo tiempo, un referente en la transición hacia un futuro más sostenible.
La Conferencia será la plataforma en la que se evaluará la viabilidad de limitar el calentamiento global a 1.5 °C, en un contexto marcado por importantes retrasos en los objetivos. Prueba de ello es que menos de 30 países han presentado nuevas NDCs (Nationally Determined Contributions, en inglés), entre ellos grandes emisores como Estados Unidos, la Unión Europea y China.
México, que dio a conocer una estrategia nacional con metas de reducción de 35% de emisiones para 2030 y hasta 40% con financiamiento internacional, llega en una posición que muestra su liderazgo regional pese a su vulnerabilidad climática. Con metas definidas, tiene una posición adelantada y mayor credibilidad para asumir un papel protagónico en un momento clave.
Evolución de la estrategia mexicana
El Pabellón será una vitrina para mostrar los avances en más de una década de esfuerzo. Desde 2012, México ha consolidado un marco jurídico pionero en América Latina, con la Ley General de Cambio Climático, el Sistema Nacional de Cambio Climático (SINACC), y más tarde, con la Ley de Transición Energética de 2015, que sentó las bases en la diversificación energética.
En el ámbito financiero, el Programa Especial de Cambio Climático (PECC) y el Fondo para el Cambio Climático operan desde 2009 y 2012, respectivamente, movilizando recursos nacionales e internacionales para proyectos de mitigación y adaptación. México fue además un pionero en la emisión de bonos verdes en la región, y actualmente es uno de sus mayores emisores.
Todo este andamiaje institucional respalda la narrativa de un país que no parte de cero y que este año plantea una nueva Estrategia Nacional de Cambio Climático, con una reforma energética que entre otros objetivos, persigue mayor participación conjunta de los sectores público y privado en la generación de electricidad para favorecer el crecimiento de las energías renovables.
Dar voz al liderazgo climático

Durante la inauguración de la Primera Reunión Ministerial de América Latina y el Caribe hacia la COP30, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, subrayó que el cambio climático es el desafío más urgente de nuestra generación y que se debe llegar a Belém con una postura común que refleje ambición y compromiso para asegurar un futuro para millones de personas.
En un contexto en el que la acción climática necesita políticas sólidas respaldadas por narrativas claras, la comunicación estratégica es un elemento esencial. Liderar también significa contar con mensajes consistentes que impulsen una reflexión en los gobiernos, empresas y la sociedad civil, y que la proyección de imagen de actor serio y comprometido impulse un cambio por sí misma.
El apoyo de expertos como Sherlock Communications juega un papel clave. Con su experiencia en comunicación estratégica y posicionamiento, las organizaciones y gobiernos pueden narrar su visión con impacto, conectando sus acciones con sus audiencias globales y mostrando cómo sus proyectos contribuyen. No es visibilidad: es construir confianza en un momento decisivo.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_btn title=»Consulta nuestra área de RSE» style=»custom» custom_background=»#40AEAB» custom_text=»#FFFFFF» size=»lg» css_animation=»fadeInDown» css=»» link=»url:https%3A%2F%2Fwww.sherlockcomms.com%2Fes%2Fresponsabilidade-social-corporativa-2%2F|target:_blank»][/vc_column][/vc_row]
