La COP16, celebrada en Cali, Colombia, del 21 de octubre al 1 de noviembre, destacó las prioridades ambientales y económicas que deben adoptarse globalmente, subrayando la urgencia de que los sectores empresariales en América Latina pasen de los compromisos a la acción. Esta región, que ha mostrado una creciente vulnerabilidad ante el cambio climático en los últimos años, tiene la responsabilidad de adoptar estrategias que fomenten en sus economías prácticas empresariales más sostenibles, alineadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Nuestro reciente Reporte de RSC en América Latina revela que el 94% de los latinoamericanos creen que las empresas deben invertir más en iniciativas sociales y medioambientales. Esta expectativa se alinea con los puntos centrales de la Cumbre y con los acuerdos y compromisos que América Latina debe asumir para una transición efectiva hacia un modelo económico más verde. Con vastos recursos naturales y una biodiversidad incomparable, la región tiene el potencial de liderar en sostenibilidad. Las empresas que adopten prácticas sostenibles lograrán una ventaja competitiva en un mercado cada vez más regulado y con consumidores más críticos e informados, que favorecen a las empresas con políticas ambientales sólidas y locales.
La COP16 deja claro que la sostenibilidad ya no es solo un requisito, sino un valor esencial que influye en la reputación y la confianza pública en las empresas. Aquellas organizaciones que integren prácticas verdes en su operación no solo fortalecerán su imagen, sino también sus relaciones con un consumidor que exige compromiso ambiental. Según el Reporte de RSC en América Latina, tres de cada cuatro latinoamericanos consideran que las prácticas sostenibles de una marca afectan su percepción de la misma. Para las empresas de la región, adoptar estos principios debe ser una prioridad para lograr sus objetivos comerciales, mantenerse vigentes y cumplir con las expectativas del futuro.
Las políticas corporativas alineadas con estos principios representan una oportunidad estratégica para impulsar la reputación y el goodwill de empresas locales y extranjeras, impactando de manera positiva tanto en sostenibilidad como en resultados financieros y en la conexión con sus audiencias clave.
El acceso a financiamiento verde, impulsado por la COP16, abre nuevas puertas para el desarrollo empresarial en Latinoamérica. Las empresas que adopten soluciones sostenibles, como energías limpias y tecnologías climáticas, podrán atraer fondos internacionales e inversiones estratégicas. Este impulso al financiamiento crea un entorno favorable para la innovación, incentivando la creación de productos y servicios que respondan a una demanda creciente de consumidores conscientes, informados y dispuestos a vincularse con referentes alineados con la protección del planeta y su biodiversidad.
En conclusión, la COP16 confirma que la sostenibilidad es ahora un pilar central del valor corporativo. Las empresas que adopten prácticas responsables no solo ganarán ventaja reputacional, sino que se consolidarán como actores relevantes y confiables en sus mercados. Más allá de promover la sostenibilidad y la biodiversidad, la Cumbre representa una oportunidad histórica para que el sector empresarial latinoamericano transforme sus modelos de negocio, cumpla con los compromisos globales y se convierta en un líder en desarrollo sostenible para la región.
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