La esencia del trabajo en RP (relaciones públicas) y, por ende, de una efectiva gestión con medios de comunicación, periodistas y líderes de opinión está determinada, como muchas otras actividades del ser humano, por una comunicación efectiva que permita transmitir mensajes claros y concisos, que generen confianza y credibilidad.
Esto, generalmente, se logra a través de un proceso constante que permite tender puentes sólidos y construir una relación fuerte entre la marca o fuente de información y el interlocutor, que en este caso es el periodista o líder de opinión.
Esa posibilidad de estrechar lazos y acercarse a los periodistas estaba, hasta hace muy poco, determinada por encuentros de relacionamiento convertidos en cafés o almuerzos para conversar sobre las novedades de una marca o empresa, entrevistas presenciales con los voceros de una compañía, invitaciones a eventos de lanzamiento o campañas de posicionamiento con activaciones al aire libre.
Todas estas acciones tácticas, que antes parecían de manual, para construir vínculos fuertes con los medios de comunicación y los reporteros, quedaron congeladas y debieron replantearse cuando llegó el COVID-19. Esto, además, se dio en medio de un ambiente de turbulencia para la industria de las RP, puesto que muchas empresas consideraron (y aún lo hacen) que este servicio no es primordial en tiempos de crisis y cambios profundos, además al ser un servicio externo casi siempre, se puede suspender o cancelar sin costos adicionales, lo cual hizo que muchas marcas lo cancelaran. ¡Un grave error!
Ante la suspensión y cancelación de proyectos, campañas y planes de comunicación, la industria de las RP se contagió de incertidumbre. Según una encuesta realizada entre marzo y abril por una reconocida revista de RP en EE.UU., el 77,3% de las agencias de PR en ese país vieron sus honorarios disminuidos de forma significativa, el 90,4% de las campañas de RP se aplazaron y el 63,7% tuvieron que reducir su planta de consultores.
Pero, a la vez, quienes hacen parte de este sector tan dinámico empezaron a evidenciar que, marcados por el distanciamiento social, era el momento de consolidar relaciones, forjadas por el tiempo y la constancia, con directores, editores, redactores, columnistas y demás; para transmitir, a través de plataformas tecnológicas como Zoom, WhatsApp, Gmail, Meet o Teams por nombrar solo algunas; los mensajes correctos pero ahora de una manera más cuidadosa y sensible, porque hoy la empatía hace parte (como nunca antes) de nuestras comunicaciones y de una adecuada gestión con los medios de comunicación en cada país.