Los números no mienten y hay verdadera evidencia de cómo el marketing de influencers está evolucionando en Brasil, pero el ingreso del país a este mercado no es tan reciente como podría pensarse. Perfiles considerados ahora como “influencers”, conquistaron esos espacios gracias a la aparición de los “creadores” hace unos años.
Con la explosión del crecimiento de las redes sociales, comenzaron a publicarse distintas formas de contenido (texto, stories, videos, entre otras) en Internet, y gracias a la demanda masiva de este tipo de contenidos la monetización de los mismos se hizo cada vez más recurrente.
A comienzos de 2010 con la popularización de videos de YouTube, algunos nombres se hicieron muy conocidos y lo son hasta ahora a pesar del paso de los años. Felipe Neto, por ejemplo, es uno de esos casos.
Hace poco más de 12 años, los influencers digitales comenzaron a producir videos sobre temas que eran tendencia, con críticas duras hacia artistas y celebridades de esa generación. Esos contenidos eran en clave agresiva e irónica.
El canal de Felipe Neto, que comenzó con el nombre Não Faz Sentido (“No tiene sentido”, si se traduce literalmente) fue uno de los pioneros en el panorama nacional de Internet, pero al pasar el tiempo, el creador optó por identificar el canal con su propio nombre, su aproximación a los temas cambió y también su forma de producir contenido. Además, Felipe se ha ganado un espacio en el mundo de los negocios y es ahora un empresario de éxito.
Aprovechando el empuje que le dio ser uno de los primeros referentes del mercado, su conocimiento y masiva experiencia en Internet, el YouTuber creó una agencia especializada en influencers digitales, llamada Play 9. Es así como Felipe, además de ser un gran referente y continuar incrementando su cantidad de seguidores en cada una de sus redes sociales, también hizo uso de su fama para emprender.