El COVID-19 está ocasionando niveles de agitación, inestabilidad y crisis a nivel económico, social y político como hace mucho tiempo atrás no vivía el mundo. Todos los países se encuentran en una lucha diaria de entender y encontrar una nueva normalidad, sin saber esto qué significa, para que la reactivación de actividades y dinámicas sociales permiten que podamos salir adelante mientras que la pandemia es controlada. En este planteamiento del nuevo orden social y económico, es preciso que las empresas deban adaptarse a esta realidad tanto a nivel operativo como a nivel social y funcional, adaptando iniciativas sociales las cuales muestre empatía con sus stakeholders evitando una crisis de reputación corporativa.
Por lo tanto, deben evaluar las acciones que guiarán y tomarán sus marcas, especialmente considerando su público objetivo, ya que estos en medio de esta crisis están más atentos a cómo se compartan aquellas marcas que tanto consumen. Es por ello, que es de vital importancia revisar y realizar iniciativas coherentes con la actual situación, generando confianza entre el público para que así refuercen la reputación de la compañía que eventualmente hará que la marca salga fortalecida una vez pase la peor parte.
Las acciones de valor compartido y sentido social son necesarias dentro de las compañías en el marco de una crisis social, economica y politica, ya que si la ruta de acciones es ser ajeno a lo que la audiencia vive, el castigo social al que puede estar expuesto por parte de los consumidores puede desencadenar en una crisis reputacional que con lleve a esfuerzos mucho más fuertes y costosos.
Demostrar que el propósito y los valores de marca van alineados con un objeto social es tan vital como los bienes tangibles de la compañía. Cada decisión evidencia si la marca refleja lo que realmente es, por lo que el mensaje y las acciones relacionadas con la emergencia sanitaria deberán comunicar y reflejar lo que sus consumidores esperan que la marca represente en la sociedad para así evitar una crisis de reputación corporativa.
Miles de compañías, que a lo largo de lo que llevamos de pandemia, han adaptado y convertido su producción a aquellos productos o servicios que la sociedad más necesita en estos momentos. Un ejemplo de esta situación son los ingenios azucareros en Colombia, quienes enfocaron toda su producción a sacar más de 250.000 litros de alcohol farmacéutico para un eventual desabastecimiento.
Otro caso para resaltar es el de la Unión de Cervecerías Peruanas quienes donaron agua potable, que generalmente usan en sus plantas, a las municipalidades de Lima y Ate, en favor de 3.600 familias vulnerables en medio de esta pandemia.
Siempre hay que tener en cuenta comunicar mensajes que reconozcan la problemática actual, pero deben transmitir un mensaje positivo ya sea de unión o de esperanza, ya que serán bien recibido por su audiencia. La Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) de Chile, junto con varios líderes de diferentes sectores de la económica del país, decidieron abrir un fondo privado de emergencia para la salud, fondos con los que se podrán adquirir y disponer para enfrentar la crisis, mandando a su vez un mensaje de unidad y apoyo.
Con el acceso cada día más fácil de datos y la inmediatez de la información, las empresas deben desarrollar su marca aumentando los esfuerzos en generar acciones positivas en el mundo fortaleciendo su reputación corporativa, para así, ser capaces de crear relaciones mucho más significativas y duraderas con su audiencia, quienes día a día, esperan cada vez más que las empresas transmitan valores éticos que hagan la diferencia más allá del interés comercial.