La campaña de Septiembre Amarillo ha ido ganando fuerza en América Latina, donde muchos países están enfrentando un aumento en las tasas de suicidio, especialmente entre los jóvenes y poblaciones vulnerables.
Factores como la desigualdad social, la pobreza, la violencia y la falta de atención psicológica afectan gravemente la salud mental de estas personas, y a menudo les impiden buscar ayuda.
En lugar de enfocarnos en cuánto han crecido estos números, vamos a explorar qué se está haciendo para detener este aumento y entender mejor las causas detrás de este comportamiento.
También veremos oportunidades para lograr resultados concretos, fortalecer la lucha mental que muchos latinoamericanos enfrentan día a día y ayudar a derribar el tabú que aún persiste en tantas culturas y tradiciones locales.
Debido al aumento de las tasas de suicidio, el gobierno colombiano ha implementado varias iniciativas para ofrecer más apoyo en salud mental a distintos sectores de la población.
¿Sabías que más de 1,5 millones de niños en Bogotá van a la escuela a pie, según la Secretaría de Movilidad? Pensando en esto y en otros aspectos del entorno escolar, la Secretaría de Educación de Bogotá lanzó el programa ‘Caminando al Colegio’, que ofrece:
El conflicto armado en Colombia, uno de los más largos de América Latina, sigue dejando huellas profundas en la población. Tras 50 años de conflicto (1964-2016), se firmó un acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Como parte del acuerdo, se lanzó la campaña ‘Salud para la Paz’, que busca ofrecer servicios de salud mental a las víctimas del conflicto. Muchas de estas personas fueron desplazadas, sufrieron violencia y desarrollaron traumas.
Con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se crearon centros de atención en las regiones afectadas para promover el bienestar de toda la comunidad.
La campaña también brinda apoyo a exguerrilleros, ayudándolos a reintegrarse en la vida civil y superar los traumas de la guerra.
Según el Observatorio Humanitario de la Cruz Roja Argentina, solo tres de cada diez argentinos buscan ayuda profesional, en parte por las largas esperas en el sistema de salud. Además, sigue habiendo mucho estigma alrededor de la salud mental, lo que hace que muchas personas no reconozcan que necesitan tratamiento.
Así como en Colombia, veamos algunas campañas en Argentina que han trabajado para darle más visibilidad a este tema, demostrando que todos podemos colaborar:
Esto muestra que no solo las campañas enfocadas directamente en la salud mental o en Septiembre Amarillo pueden generar resultados positivos.
Es importante recordar que otros problemas, como la falta de dinero o el acceso a saneamiento básico, también afectan profundamente el bienestar emocional.
El aumento de las tasas de suicidio en Uruguay nos demuestra que no podemos conformarnos con estudios superficiales para entender el comportamiento de una nación entera. En 2023, O Globo publicó un artículo que resaltaba el paradoxo de Uruguay: uno de los países más felices del mundo, pero con una de las tasas de suicidio más altas de América del Sur, solo superada por Guyana y Surinam.
Una de las razones principales detrás de estas cifras es cultural. El aislamiento social es común en Uruguay, no solo en las zonas rurales.
Esto se debe a que las estructuras familiares están cambiando: más personas viven solas y hay menos apoyo emocional y financiero por parte de los familiares. Otro factor es la alta expectativa sobre los hombres como proveedores, lo que a menudo les impide buscar ayuda.
Al igual que en Colombia, eventos del pasado aún afectan a la población. En el caso de Uruguay, la crisis económica de los años 2000 dejó huellas que aún se sienten.
Además, la relación de los uruguayos con la muerte es diferente: tienden a hablar más abiertamente sobre la muerte y el suicidio, lo que reduce el tabú, pero no siempre es suficiente para prevenir comportamientos autodestructivos.
Un estudio reciente mostró que las tasas de suicidio y autolesiones también están en aumento en Brasil. Esta creciente preocupación está llevando a organizaciones y marcas a buscar estrategias más creativas que realmente promuevan la reflexión y el cambio en torno a estos temas.
Un ejemplo es el Centro de Valorización de la Vida, que ha logrado captar la atención con campañas auténticas y efectivas:
En Chile, al igual que en otros países, el estigma en torno a la salud mental sigue siendo una barrera para que muchas personas accedan a tratamientos psicológicos. La depresión y la ansiedad todavía se ven como señales de debilidad, especialmente entre hombres y personas mayores.
Además, la mayoría de los profesionales de salud mental están concentrados en Santiago y en el sector privado, lo que dificulta el acceso para quienes viven en áreas rurales.
El silencio sobre estos temas lleva a muchos chilenos al abuso de sustancias, lo que acelera el camino hacia el suicidio. La desigualdad social, la presión escolar y el fácil acceso a las drogas también juegan un papel importante en este fenómeno.
En respuesta al aumento de las tasas de suicidio, el Ministerio de Salud de Chile ha implementado varias estrategias como parte del Plan Nacional de Prevención del Suicidio, que incluye:
Todo Mejora es una ONG chilena que trabaja en temas relacionados con la salud mental, especialmente dentro de las comunidades LGBTQIAP+, que enfrentan desafíos adicionales debido a la discriminación diaria, muchas veces dentro de sus propios hogares.
Además de compartir contenido en sus propias redes sociales, la organización colabora con varias marcas, promoviendo el respeto, la aceptación y la valoración de la vida.
Echa un vistazo a su campaña de Septiembre Amarillo para 2024:
Estos son algunos de los países con las tasas de suicidio más altas en América Latina. Como hemos visto, tanto los gobiernos como las marcas locales están trabajando para evitar que las cifras sigan creciendo.
Sin embargo, no podemos conformarnos con la idea de que “ya hay quienes están haciendo algo al respecto”. Las muertes continúan, y siempre hay nuevas formas de dialogar y captar la atención de quienes necesitan ayuda o de quienes conocen a alguien que está pasando por un momento difícil.
Recuerda que detrás de cada persona hay un universo: personas, situaciones, culturas, hábitos, adversidades y mucho más. Es crucial entender todas estas dimensiones para comprender el origen de su sufrimiento y pérdida de esperanza. Nunca es solo una razón; siempre hay muchas, y todas importan.
Finalmente, es importante tener en cuenta que cada país enfrenta sus propios desafíos. Aunque el suicidio es un problema universal, sus causas varían en cada región. Estudiar estas diferencias es clave. Septiembre Amarillo es solo una de las muchas maneras en que podemos marcar la diferencia.