Para las personas que trabajan en el ámbito de la comunicación, ¿es posible utilizar el lenguaje inclusivo en el día a día? He aquí algunos consejos sobre cómo hacerlo.
El Tribunal Superior Electoral de Brasil (TSE) ha elaborado la Guía de Lenguaje Inclusivo para la Flexión de Género con enfoque en la comunicación social, las directrices se basan en el Lenguaje Inclusivo No Sexista (Lins).
Una de ellas es utilizar, en la vida cotidiana, palabras que muestren colectividad, adjetivos sin usar demarcación de género y sustituir palabras marcadas por género por otras neutras. Por ejemplo: “todos y todas” o “ciudadanos y ciudadanas”. Así, optar por palabras que no caractericen un género concreto o que abarquen ambos, como sociedad o pueblo.
Eliminar los pronombres masculinos
Otra opción es eliminar los pronombres que hacen referencia al masculino. “Los compañeros de trabajo”, (en portugués se utiliza “os colegas de trabalho”), a “compañeros de trabajo” (“colegas de trabalho”). En el caso de sustantivos comunes con dos géneros (intérprete, inmigrante, cliente y jefe), basta con eliminar el elemento que demarca el género para evitar el masculino genérico.
El uso de “persona(s)” y “quien” en lugar de sustantivos masculinos también puede ser una buena solución. ¿Te has dado cuenta de que estas dos palabras se han utilizado varias veces desde el principio de este texto?
Las reglas para el español son similares a las que se aplican en portugués. En inglés, la demarcación de género no está tan presente, así que lo que cambia son los pronombres.
También se trata de todos los aspectos de la sociedad: género, raza, sexualidad, enfermedades visibles o no visibles y edad del público.
Al final, se trata del cuidado de los que escriben por los que leen. El público está formado por personas únicas con sus propias historias, contextos y experiencias. Por eso es importante que esas personas se sientan respetadas al leer tu texto.